Titulo para los intelectuales vulgar, pero que no la descarta la explicacion sublime en uno de sus capitulos. Es una novela campesina y costeña. Con un lenguaje pasiego y castellano antiguo. De los habitantes de este rincon de nuestra provincia donde pasa la escena.
El lector se encuentra con un mundo de alegría franca, de plácida honradez, de salud rustica. Una literatura de emocion tragica e intensa, de cruda expresion y ardiente colorido.
Pereda en sus novelas habla de gente de mar de pesca. Crea personajes exuberantes de vida poética, con cierta salina y acre tienen no sé qué grandiosidad y fiereza primitiva, crecida y educada con los arrullos y las tremendas caricias del mar resonante.
Lo mejor de La Puchera, lo verdaderamente incomparable, está en aquellos capítulos donde el Lebrato y su hijo intervienen, con su locualidad el uno, con su timidez el otro, los dos con el mismo natural resignado austero, sacudido por bruscas impaciencias en el joven, acrisolado por divina serenidad en el viejo.
En tales cuadros la vida resuelta amable y digna de ser vivida, por áspero y brava que parezca. Y el amr, inmenso coro de esta humilde tragedia, parece asociarse al esfuerzo de sus domadores, entonando con ritmo pausado y solemne el himno de la paz de la conciencia que huye del agosto del Berrugo y calienta la puchera del Lebrato.
Nunca el estilo de Pereda fue tan grande la fuerza plastica de su lenguaje, y aquel raro poder de asimilación que Dios le concedió para que se hiciera intimo de todo hilo de luz, de toda hebra de maiz, de todo zumbido de insecto, de todo rielar de agua.
Todo esta en su punto, pero en su libro como la Puchera hay tanto oro de ley y capitulos que desde el dia de su aparicion deben pasar por clasicoses licito ser exigente y pospener lo bueno a lo mejor y lo mejor lo optimo. Lo óptimo es el Lebrato y su hijo, y Pilara y Quilino, y el medico don Elías y el magnifico tipo del Berrugo, avaro supersticioso, que Balzac adoptaria por suyo, y la fantastica historia del descubrimiento del tesoro que Walter Scott huviera robado para su Anticuario.
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